Tú dices para, yo digo vamos
Tú dices hola, yo digo adiós
Y así todo el rato, en un ejercicio de lengua previo a Barrio Sésamo.
Dice Alistair Taylor, que trabajaba con el mánager de los Beatles, que esta canción la compuso McCartney delante suya, sobre la marcha.
Taylor le preguntó a Paul por su proceso de creación de canciones, y éste le llevó a su cuarto de estar, se sentó en el órgano y le dijo. "Ve diciendo palabras"; a cada palabra que decía uno, el otro decía la contraria. Y en un rato salió esto, en 1967.
Parecen un poco sosos estos cuatro, con algunos de sus recursos habituales: Principio explosivo, pocos instrumentos pero muy bien utilizados y sus maravillosas voces.
Próximamente se va a editar un disco homenaje a Paul McCartney, y ésta es la primera entrega. El de la izquierda no es un vagabundo ni Johnny Deep que se ha puesto la peluca de Sweeney Tod tras quitársela a su perro. Es Robert Smith, el cantante de The Cure y autor de varias de las mejores canciones de los ochenta; y el de la derecha, como se deduce muy pronto, es James McCartney, el hijo del autor.
La canción es tan redonda que da poco juego a la innovación, aparte de introducir la prodigiosa y seca voz de Robert Smith, con esos finales de verso que parecen despectivos.
Esta versión me la ha pasado Lourdes, y no os podéis imaginar lo agradable que es recibir comentarios y sugerencias, especialmente de personas con buen gusto; tengo alguna más que iremos sacando en las siguientes semanas.
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