No puedo despedirme
La canción es de los Jackson Five, que la graban en 1971, aunque creo que la versión más escuchada es ésta de Gloria Gaynor.
Es la música disco en sus apoteosis. Violines, órgano electrónico y, sobre todo, una voz de primera la que hay que tener para cantar esto.
Para bailarlo sólo hace falta tener orejas y poderse mover. ¡Cómo se mete!
dieciséis años después, y tras abandonar Bronski Beat, Jimmy Somerville monta los Communards y hace esta versión tecno.
Sommervile, con su minúscula presencia, su permanente falsete, su baile loco, fue un referente homosexual en tiempos en que era más dificil serlo que ahora.
Pues nada, a bailar y nada de despedirse.
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