domingo, 5 de abril de 2015

La quiero a morir

Yo que hasta ayer
sólo fui un holgazán
y hoy soy el guardián
de sus sueños de amor
la quiero a morir

Es el único éxito de Francis Cabrel, una cantautor francés que sigue vivo y con su familia. Digo esto porque la leyenda difunde a esta canción, de 1973, como la obra de un adicto moribundo que dedica su canción a la droga.

Pues no  hay nada confirmado.


Lo que si es cierto es que es una canción que ha pasado a la historia, que gusta mucho por su carácter íntimo, y de nuevo tocamos el tema del amor incondicional. Un pobre hombre que se tropieza con el amor y se convierte en el más valiente y aferrado a la vida.


Lo importante es la letra; de hecho tiene muy pocos recursos musicales, pero tiene un mensaje que engancha desde el principio.

Tiene infinidad de versiones, y se toque donde se toque, el personal la tararea de cabo a rabo.

Una de las versiones más emotivas es esta de Manzanita, que a diferencia de la original va subiendo de tono e incorporando instrumentos. El pobre Manzanita si que murió, y en esta actuación se le ve en un estado de salud regular.




Recomendadísima también la versión de El Puchero de Hortelano, que ganó un concurso de versiones de la Cadena Ser.


y para los incondicionales de la diva colombiana, hay otra de Shakira que a mí no me gusta.

Saludos.

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