domingo, 27 de diciembre de 2020

En el último trago; de Chavela Vargas a José Alfredo y Javier Calamaro.

 Tómate esta botella conmigo, En el último trago nos vamos
Quiero ver a qué sabe tu olvido, sin poner en mis ojos tus manos
Esta noche no voy a rogarte, esta noche te vas que de veras
Que difí­cil tratar de olvidarte, y que sienta que ya no me quieras.

Es una ranchera, de las más conocidas de José Alfredo Jiménez, de 1972. El de las amarguras no son amargas si las compone un tal José Alfredo.

La historia de la ranchera es la de alguien que quiere despedirse de la persona amada tomando una última botella con ella. Una especie de despedida-tentación.


Esta interpretación es la más conocida, la de Chavela Vargas en los años 90.

Una letra amarga, desesperada, ya se sabe que todo ha acabado, pero no hay escarmiento. Es todo un drama y el que la canta parece que está acostumbrado a refugiarse en la botella para resolver ciertos problemas.

Este es el original, cargado de trompetas y violines:


La canción da nombre a una película homenaje a la vida de uno de los autores mexicanos más importantes, casi nada.

Esta versión es de Javier Calamaro, de más o menos 2009.




domingo, 20 de diciembre de 2020

Light my fire: De The Doors a Shirley Bassey y a José Feliciano

Sabes que sería falso, que sería un mentiroso
si te dijera que no podemos subir el tono
vamos nena, enciende mi fuego
Intenta prender la noche,
el momento de dudar ha terminado.

1967, Una de la canción emblemática de The Doors, tiene una letra con polémica, porque habla de subir hasta la plenitud de la pasión, y aunque puede interpretarse la pasión sexual, usa algún término que podría aplicarse al éxtasis de la droga.

La versión de los autores tiene siete minutos, con ese pegadizo comienzo y varios solos -aparentemente- improvisados por dentro. Dominada por la poderosa voz de Jim Morrison.

La canción tiene una anécdota interesante: The Doors fueron al show televisivo de Ed Sullivan, pero éste les pidió que suavizaran la frase de "vamos a subir los dos", y cambiar subidón por algo más neutro. Le dijeron que sí, y cambiaron el texto, pero a la hora de cantarla, Morrison se olvidó (eso dijo).

El cabreo de Ed Sullivan fue tan grande que les negó la mano al terminar.

Vamos a ver la prodigiosa voz de Shirley Bassey en 1970.

Esta no deja ninguna duda de que el subidón de pasión es sexual. Va subiendo el tono y los hombres que se ven en el público están poco menos que salivando. ¿Quién necesita drogas para llegar al climax? Parece sugerirnos. ¡Vaya voz, qué autoridad en el escenario!

Dicen que esta canción es de las que marcan el jazz a partir de los setenta.

Finalmente, José Feliciano. Si en la primera hay arreglos, y en la segunda sensualidad, ahora es la voz la protagonista.


Esta canción estuvo número 35 en la lista de Rolling Stone de las 500 mejores canciones de todos los tiempos.

domingo, 13 de diciembre de 2020

Quién sera / Sway; De Pedro Infante a Dean Martin

¿Quién será la que me quiera a mí?
¿Quién será?¿Quién será?
¿Quién será la que me de su amor?
¿Quién será?¿Quién será?

La canción es de 1953, compuesta por Pablo Beltrán y Luis Demetrio. Es un mambo y esta es la forma de interpretarla más generalizada, primero vemos a Danny Frank; 


El que más la interpretó fue Pedro Infante, y la he encontrado cantada al menos en tres películas. Aparece, de fondo, también en la película de Cantinflas Su excelencia. Lo que pasa es que están incrustadas en las escenas, con parte del guion encima, o la canción se corta para que entre diálogo.

Es un mambo, y lo encuentras por Celia Cruz y Tito Puente o por Julio Iglesias.

Trata, simplemente de alguien que ha tenido un desengaño amoroso y se pregunta si volverá a sentir el amor, si alguien le querrá.

Pero esta canción tiene otra historia, paralela, totalmente distinta, y es cuando se traduce al inglés





Cuando empiece a sonar la marimba
Baila conmigo (sway) mécete conmigo
como el océano doblándose en la orilla,
como las flores mecidas por el viento...

Trata de la sensualidad del baile. Nos vamos a Hollywood. Es frecuente ver videos de semblanza de la época de los musicales, o recopilatorios de piezas de baile en la que sale Rita Hayworth con esta música de fondo, pero hasta donde he visto, no hay ninguna película en la que ella bailara esta canción. Yo de todas maneras pongo una foto de la susodicha.


Aparece en Hollywood, pero después, en el siglo XXI; y vemos a Richard Gere bailar con Jennifer López, a Dermont Mulroney en La boda de mi mejor amiga, y acompaña en una secuencia en la cocina a Catherine Zeta Jones en Sin reservas, cantad aquí por Michael Bubble. 

En Wikipedia nada más, aparecen más de cuarenta interpretaciones, desde Los Panchos a Bjork, de Michael Buble a Pussycat Dolls, para todos los gustos.

Pongo, finalmente, la interpretación que más se parece a la original. Es Tin Tan, un actor muy exitoso en México en los años 50. Para la gente de mi edad es la voz de O'Maley en Los aristogatos o de Baloo en El libro de la selva.

Tin Tan era hermano de Don Ramón, el del Chavo del Ocho.



domingo, 6 de diciembre de 2020

Fiesta: De The Pogues a Celtas Cortos

Yo soy Francisco Vázquez García
soy bienvenido a Almería
tomamos aguas sin gas y café, tenemos fiesta y feria
tenemos la canción de la chochona.
...y calamares, y macarrones.


En los años ochenta hubo alusiones a España en muchas canciones, desde el Spanish Bomb de the Clash, El Lute, de Boney M y hasta el nombre de un grupo, los antecesores de Simply Red que se llamaron Durruti Column.

Esta canción resume en su título de seis letras el contenido de la letra y la intención del que la compuso y de quien la toque. Fiesta.

Tópico tras tópico. Venga, a gritar y a empujarse.



The Pogues fue una banda que vivió la década de los ochenta y que mezcla, si, el punk con la música tradicional irlandesa. Le daba mucha personalidad la voz borracha de Shane MacGowan, el cantante que tenía la boca hecha mierda de peculiar dentadura. Tiene varias cosas geniales, entre otras, un fantástico villancico, El cuento de Nueva York. Eran juerguistas, bronquistas e informales con la discográfica. Geniales.

Los Celtas Cortos ya hicieron una versión de de esta canción, con las mismas intenciones. Por cortesía al anfitrión, cambian el Almería por Oviedo, al tocarla con la Orquesta del Principado de Asturias. 

Esta podría ser la respuesta española a la Marcha Ravetzky del 1 de enero en Viena. Tiene que costar trabajo quedarse sentado ahí.